Los Pueblos Indígenas de Nicaragua luchan por sus derechos y por sus bosques bajo mucha presión

Nicaragua es hogar de dos Reservas de la Biosfera: Río San Juan en el sur y Bosawás en el norte, la segunda selva tropical más grande del hemisferio occidental después de la Amazonía. Los bosques de Nicaragua son un punto biológico clave por su alta biodiversidad, albergando una gran variedad de flora y fauna silvestre.

Las amenazas a los bosques de Nicaragua son numerosas

Las amenazas suelen surgir del incumplimiento de la legislación ambiental nacional y de los convenios internacionales. Los modelos económicos en Nicaragua priorizan la producción de carne como actividad clave para mercados nacionales e internacionales, y la ganadería tiene un impacto directo en los bosques y los territorios de los Pueblos Indígenas.

Además, en Nicaragua el espacio cívico está fuertemente restringido, limitando la libertad de expresión y el derecho de reunión. Los Pueblos Indígenas y la sociedad civil, quienes están en la primera línea de defensa de los bosques, enfrentan crecientes desafíos. En los últimos años, la sociedad civil nicaragüense y los Pueblos Indígenas, junto con otros sectores clave, han sido especialmente afectados por medidas restrictivas, particularmente cuando abordan temas que contradicen la agenda de desarrollo promovida por las autoridades, como el manejo de los recursos naturales. Varias organizaciones de la sociedad civil, universidades y otras instituciones han sido clausuradas por el régimen actual.

Bosques del Mundo trabajó estratégicamente en Nicaragua para promover los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Indígenas y fortalecer las organizaciones de la sociedad civil.

Tras la revolución sandinista de 1979 y la guerra civil de los años 80, la política nicaragüense estuvo dominada por la competencia entre los sandinistas y diversos partidos liberales. Los sandinistas, liderados por Daniel Ortega, están en el poder desde 2007.

Bajo el liderazgo de Ortega, la gobernanza se ha movido hacia la centralización y una menor transparencia en la gestión pública, dificultando la colaboración con las autoridades públicas pertinentes. Las condiciones de vida de los Pueblos Indígenas y de la sociedad civil han empeorado significativamente, obligando a muchos a exiliarse. Los bosques también han sufrido, y Nicaragua se encuentra entre los países con mayores tasas de pérdida forestal anual en el mundo.

Bosques del Mundo en Nicaragua

Bosques del Mundo trabajó en Nicaragua desde 1997, apoyando a los Pueblos Indígenas y a la sociedad civil en la defensa de territorios forestales y de sus derechos colectivos e individuales.

Entre sus iniciativas estuvieron el monitoreo forestal, la conservación de los bosques, la concienciación ambiental y el fomento de la gestión forestal sostenible, la agroforestería, el emprendimiento ecológico y el turismo sostenible.

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