¡Los incendios forestales arrasan! El cambio climático y la explotación desmedida están poniendo al mundo en llamas.
A medida que aumentan las temperaturas globales y las actividades humanas destructivas, el mundo enfrenta incendios forestales más frecuentes y devastadores que nunca. La acción política ofrece esperanza, pero ¿es suficiente para revertir esta tendencia?
2023 fue el año más cálido jamás registrado.
Y el hemisferio norte experimentó el verano más caluroso en más de 2.000 años, según la revista Nature. Aunque el fenómeno climático El Niño contribuyó a las altas temperaturas, no es la única causa. El cambio climático está arrasando, y junto con nuestra explotación de la naturaleza, los incendios forestales se multiplican. Según un informe de la ONU de 2022, se espera que el número de incendios forestales extremos aumente hasta un 30 porciento para 2050.
El cambio climático impulsa los incendios forestales hacia nuevas áreas
Las temperaturas más altas crean condiciones secas y menor humedad, lo que hace que la vegetación sea más susceptible al fuego. Esto alarga la temporada de incendios y aumenta el riesgo de incendios más intensos, ya que la vegetación seca es fácilmente inflamable. Al mismo tiempo, el aumento de las temperaturas también incrementa la frecuencia de rayos, que son fuentes naturales de ignición, mientras que vientos más fuertes propagan las llamas más rápido y a mayores distancias.
El cambio climático también ha alterado los patrones de precipitación, lo que ha tenido consecuencias graves para la selva amazónica. Incluso las áreas más húmedas de la selva ahora enfrentan sequías y más incendios forestales. En 2023, el número de incendios forestales en la Amazonía aumentó un 152 porciento en comparación con el año anterior.
Las consecuencias son diversas
El aumento global de incendios forestales extremos no se limita a los trópicos. Países como Canadá, Rusia, EE.UU. y Australia también están experimentando incendios más frecuentes y devastadores. Europa también ha sido especialmente afectada, y esto ha quedado claro especialmente después de ver imágenes de turistas que tuvieron que huir de las llamas en las islas griegas. Estos incendios tienen consecuencias de gran alcance. Los bosques antiguos, que almacenan grandes cantidades de carbono, ahora arden más a menudo, lo que conduce a mayores emisiones de CO2 y empeora la crisis climática. Al mismo tiempo, los incendios forestales representan una amenaza grave para los millones de personas que dependen de los bosques para obtener agua limpia, materiales de construcción, plantas medicinales y alimentos. Además, los bosques contribuyen a la regulación del clima al absorber CO2 y son fundamentales para frenar la pérdida de biodiversidad.
La contaminación del aire causada por los incendios forestales es otra grave consecuencia. Un estudio publicado en la revista Nature muestra que más de dos mil millones de personas estuvieron expuestas en 2019 a contaminación del aire severa debido a incendios forestales, al menos durante un día. En Bolivia, donde trabaja Bosques del Mundo, los numerosos incendios forestales han provocado tal contaminación del aire que muchas escuelas del país se vieron obligadas a cerrar temporalmente debido a los riesgos para la salud derivados del humo.
Por ello, Bosques del Mundo trabaja en la prevención y lucha contra los incendios forestales en Bolivia junto con nuestro socio APCOP y los pueblos indígenas Chiquitano. A través de diversas iniciativas de prevención, monitoreo, extinción y restauración, el número de incendios forestales en la región de Monte Verde se ha reducido en un 82 porciento entre 2019 y 2023.
La acción política ofrece esperanza
Una gran parte de los incendios forestales globales está relacionada con la demanda de productos como la soja y la carne de res, que a menudo conducen a la deforestación. No se trata solo de la política en los países donde se talan los bosques, sino también en los países que importan estos productos. La UE, que es el segundo mayor importador de soja después de China, ha adoptado una ley que obliga a las empresas a garantizar que ciertos productos importados y exportados, como la soja, el aceite de palma, el café, el cacao, el caucho natural, la carne de res y la madera, no provengan de tierras deforestadas. La iniciativa de la UE es un paso importante hacia cadenas de suministro más sostenibles, y si la ley se implementa adecuadamente, puede reducir la deforestación y los incendios forestales en todo el mundo.
En Brasil y Colombia, los recientes cambios políticos han generado esperanza para un futuro mejor para los bosques. En Brasil, la pérdida de bosques primarios disminuyó un 36 porciento en 2023 en comparación con el año anterior, el nivel más bajo desde 2015. Esta disminución se debe a un cambio en la dirección política del país, donde el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha hecho de la protección ambiental una prioridad y ha prometido detener la deforestación antes de 2030. En Colombia, el presidente Gustavo Petro, que asumió el cargo en agosto de 2022, también ha centrado su atención en la protección ambiental, lo que ha resultado en una reducción del 49 porciento de la deforestación de bosques primarios en 2023. El desarrollo en Brasil y Colombia resalta cuánta diferencia puede hacer elegir líderes que prioricen la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Es un desarrollo que Dinamarca y la UE pueden y deben apoyar, colaborando con los países a través del comercio, el trabajo político y la diplomacia, y con acciones concretas como el proyecto de Bosques del Mundo en Bolivia, que reduce los incendios forestales a nivel local.
Contacto de prensa
Jonas Schmidt Hansen
¿Quién es Bosques del Mundo?
Trabajamos para preservar los bosques del mundo. Tanto en Dinamarca como en las selvas tropicales del mundo. Algunas de nuestras áreas de interés son la sostenibilidad y el anclaje local.