La formación de brigadas locales contra incendios, los drones, los datos por satélite y los cortafuegos son solo algunas de las herramientas que hemos utilizado. En Monte Verde (Bolivia), nuestro trabajo con el pueblo indígena chiquitano ha permitido reducir en un 59 porciento la superficie afectada por incendios forestales de 2021 a 2022.
El cambio climático y las actividades humanas contribuyen a que los incendios forestales sean más frecuentes e intensos. El aumento de la temperatura global, combinado con la deforestación y la degradación de los bosques, da lugar a un clima más cálido y seco que hace que los bosques sean más inflamables, y el aumento de la velocidad del viento permite que los incendios se propaguen más rápido. En 2022, la ONU publicó un informe en el que se estimaba que el número de incendios forestales extremos aumentaría hasta un 30 porciento de aquí a 2050 y que deberíamos aprender a vivir con incendios más frecuentes y graves. Se trata de un panorama sombrío para el futuro.
El cambio climático exige que actuemos de forma proactiva y nos adaptemos a la realidad cambiante. En este sentido, la prevención es clave. Es más fácil apagar una pequeña chispa que un incendio forestal, y sólo tiene sentido plantar árboles si no vuelven a arder al año siguiente.
Por eso, Bosques del Mundo aplica medidas de prevención de incendios como parte de algunos de nuestros proyectos en zonas especialmente propensas a los incendios forestales. Nuestros esfuerzos de prevención de incendios siempre se llevan a cabo en estrecha colaboración con las comunidades locales, los pueblos indígenas y nuestros socios locales. Esto es crucial para garantizar que nuestros esfuerzos sean lo más eficaces posible.
Las imágenes por satélite y los drones alertan de los incendios
Bosques del Mundo ofrece formación, equipamiento y educación sobre diversas herramientas digitales, entre ellas las de alerta temprana de incendios forestales, que mejoran la capacidad de prevenir su agravamiento. Una de nuestras herramientas es la vigilancia por satélite. Jens Noe Hansen, Asesor Técnico de Bosques del Mundo, explica:
“Una de las herramientas que utilizamos es algo que llamamos “Alerta Temprana”, un sistema que detecta puntos de calor mediante imágenes satelitales o sensores térmicos.” Un punto de calor es una zona donde se ha registrado una temperatura inusualmente alta, lo que suele ser indicio de un incendio forestal.
“Cuando se recibe la alerta, un equipo local de emergencias se desplaza al terreno y localiza la zona utilizando una aplicación de geolocalización en sus teléfonos móviles. Posteriormente, informan si se está produciendo un incendio forestal real que podría desarrollarse y requerir intervención, o si se trata de una falsa alarma”, explica.
Además de la vigilancia por satélite y la supervisión de los bosques a pie, en moto, en barco o en coche, las comunidades indígenas también han recibido formación sobre el uso de drones para detectar incendios forestales. Antes, los drones se utilizaban sobre todo para vigilar las fronteras en torno a los territorios indígenas, especialmente para detectar invasiones ilegales. Sin embargo, la intensificación de los incendios forestales ha llevado a un uso cada vez mayor de los drones en la vigilancia de incendios. En varios lugares, los drones están equipados incluso con cámaras de imagen térmica, lo que facilita la detección y el seguimiento de los incendios incluso de noche.
Medidas preventivas en el bosque
Además de las soluciones tecnológicas que ayudan a detectar incendios forestales en sus etapas iniciales, la protección climática de los bosques es una parte esencial de la prevención de incendios. Como se ha mencionado, es más fácil extinguir una chispa que un incendio forestal, pero lo ideal es evitar que la chispa se produzca. La protección climática implica adaptar las zonas forestales para reducir el riesgo de incendios y reforzar su resistencia en caso de emergencia.
La agrosilvicultura también forma parte del trabajo de Bosques del Mundo en la prevención de incendios, apoyando a pequeños agricultores de América Latina y África Oriental para que adopten esta práctica. La agrosilvicultura es una forma sostenible de combinar árboles y agricultura. En el territorio de Monte Verde, en Bolivia, hemos implementado un proyecto piloto denominado Agricultura sin quema en tres comunidades, cuyo objetivo es demostrar que es posible cultivar campos sin recurrir a la quema previa. Este método integra el cultivo de árboles y la agricultura en la misma área, siendo mucho más efectivo para prevenir incendios que la agricultura tradicional basada en roza, tumba y quema.
En la agricultura de tala y quema, la vegetación se incendia ocasionalmente y la tierra se cultiva por un periodo limitado, tras el cual se deja en barbecho para que recupere su fertilidad. En contraste, la agrosilvicultura conserva una cubierta arbórea permanente que protege la fertilidad del suelo, evita la desecación y reduce las temperaturas, minimizando el riesgo de incendios. Además, la diversidad de especies y la priorización de especies arbóreas locales y resistentes ayudan a mitigar los daños causados por los incendios forestales.
Otra iniciativa que Bosques del Mundo está ayudando a implementar en países como Bolivia y Honduras son los cinturones de fuego. Estos consisten en zonas despejadas, con forma de cinturón, creadas intencionadamente para servir como barreras que dificultan la propagación de los incendios forestales.
Esperanza para el futuro de los bosques
Bolivia es el hogar de 36 diferentes pueblos indígenas, 34 de los cuales viven en zonas de tierras bajas ricas en especies, que también albergan la mayor biodiversidad del país. Por desgracia, algunas de estas zonas son especialmente propensas a los incendios forestales. Entre 2010 y 2020, más de cinco millones de hectáreas, es decir, el 42 porciento de los territorios indígenas, se vieron afectadas por incendios.
En 2019 y de nuevo en 2020, el territorio indígena chiquitano de Monte Verde se vio especialmente afectado por las llamas. En colaboración con los chiquitanos y nuestro socio boliviano, APCOB, Bosques del Mundo intervino para restaurar las zonas afectadas al tiempo que aumentaba los esfuerzos de prevención para evitar futuros incendios.
(Zonas de quema en el territorio de Monte Verde entre 2019 y 2022)
Junto con nuestros socios locales, hemos coordinado y puesto en marcha un programa de reforestación en zonas estratégicamente seleccionadas, haciendo especial hincapié en la prevención de incendios. Las iniciativas incluyen el establecimiento de cortafuegos y agrosilvicultura, la mejora de los equipos de extinción de incendios, la formación de brigadas de bomberos locales y campañas de concienciación.
Las campañas de concienciación pretenden informar a las comunidades locales de la creciente amenaza de incendios forestales y educarlas sobre cómo afrontarlos adecuadamente. A través de la radio y los medios sociales, APCOB ha realizado campañas como esta de 2022, llamada ”Algo nuestro se quema”.
Estas acciones han contribuido a reducir en un 59 porciento la superficie arrasada por los incendios forestales en el territorio de Mont Verde entre el 2021 y el 2022.
Además de la reducción del número y la propagación de los incendios forestales, los trabajos de restauración también han arrojado resultados sorprendentemente positivos para la fauna silvestre. El jaguar, el puma, el tapir y muchos otros animales en peligro de extinción ya han regresado a estas zonas. Jens Noe Hansen explica este resurgimiento en parte por el hecho de que los incendios forestales son selectivos:
“Mucha gente cree que los incendios forestales dejan los paisajes completamente quemados y calcinados, pero la realidad es más compleja. Los incendios forestales son irregulares: las áreas más secas y expuestas arden por completo, mientras que en otras, donde el sotobosque es más húmedo, las llamas avanzan rápidamente sin causar daños tan severos. Además, algunos árboles son lo suficientemente robustos como para sobrevivir incluso a incendios forestales de considerable intensidad. Esto implica que, en ciertas zonas, basta con proteger el crecimiento natural de nuevos árboles, mientras que en las áreas más gravemente afectadas es necesario complementar con la plantación de árboles para acelerar la reforestación.”
En un mundo donde los incendios representan una amenaza cada vez mayor para los bosques, las medidas de prevención son fundamentales. Sin embargo, una solución aún más efectiva sería detener la deforestación. Esto no solo mejoraría las condiciones de vida de la naturaleza, los animales y los seres humanos, sino que también ayudaría a combatir directamente el aumento de la temperatura global, que influye en la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales.
Contacto de prensa
Jonas Schmidt Hansen
¿Quién es Bosques del Mundo?
Trabajamos para preservar los bosques del mundo. Tanto en Dinamarca como en las selvas tropicales del mundo. Algunas de nuestras áreas de interés son la sostenibilidad y el anclaje local.